domingo, 20 de enero de 2013

EL TECHO DE CRISTAL. REALIZADO POR LOS ALUMNOS DEL I.E.S. "CLARA CAMPOAMOR" DE CEUTA



EL TECHO DE CRISTAL

Se denomina así a una superficie superior invisible en la carrera laboral de las mujeres, difícil de traspasar, que les impide seguir avanzando. Su carácter de invisibilidad viene dado por el hecho de que no existen leyes ni dispositivos sociales establecidos ni códigos visibles que  impongan a las mujeres semejante limitación, sin embargo ese techo invisible está ahí impidiendo que las mujeres alcancen puestos de responsabilidad con la misma frecuencia que sus colegas varones.
   Ese famoso techo de cristal, es un fenómeno enigmático, secreto,                indetectable, pero su  resultado es cuantificable, y real: la  menor   existencia de  mujeres en los vértices jerárquicos de las organizaciones.
Cuando hemos comenzado nuestra investigación, hemos sondeado a compañeros y compañeras  y las opiniones que nos dan sobre este fenómeno son muy dispares. Hay una enorme mayoría que no cree que las cotas de paridad sean la solución y que no reconocen que haya diferencia alguna entre las condiciones de trabajo de hombres y mujeres en la sociedad actual. Por otra parte hay un gran número de compañeros y compañeras que sí afirman que existen estas diferencias.
Comenzamos a investigar y encontramos estos datos relativos al 2012:
& Una mujer tiene que trabajar 80 días más que un hombre para cobrar lo mismo.
& El 68% de las empresas españolas no tiene ninguna mujer en su consejo.
& Un 16% es lo que ganan en España los hombres más que las mujeres.
& En un equipo directivo (director comercial, general, de recursos humanos, etc) la diferencia de salario es de un 12,5% a favor del hombre.
& El 91% de los puestos de directores generales en España pertenecen a los hombres. Y eso que:
& el 42% de las mujeres tienen un máster o postgrado, frente al 41% de los hombres
& hay un 38% de licenciadas frente a un 32%.

Ante la evidencia de las cifras y según las estadísticas, llegamos a la conclusión de que las cosas no “pintan” muy bien para las mujeres en el plano laboral. Evidentemente no podemos olvidar que disfrutamos de unos derechos con los que nuestra Clara Campoamor  no habría ni soñado. Hemos avanzado a una velocidad de vértigo en el último siglo, triste es reconocer que las dos guerras mundiales y la falta de mano de obra masculina nos ayudaran a reclamar nuestro sitio en la sociedad. Sin embargo, así fue y desde entonces hemos seguido avanzando en  formación y capacidad de decisión en la vida laboral.
Pero, ¿qué pasa al final del túnel? ¿Por qué no conseguimos llegar a los puestos de responsabilidad? ¿Ocurre esto también en la enseñanza? Las organizaciones escolares se caracterizan por el alto índice de profesoras que trabajan en ellas. Los datos estadísticos demuestran que el número de directores es muy superior al de mujeres en puestos de dirección. En el estudio Percepción de las mujeres sobre el “techo de cristal” en educación de Enrique Javier Diez Gutiérrez, Eloina Terrón Bañuelos y Rocío Anguita Martínez de la universidad de Valladolid, las mujeres representan aproximadamente dos tercios (67,8%) del profesorado de las Enseñanzas de Régimen General no universitarias. En la pública predomina el porcentaje de mujeres en los cargos directivos en primaria (61,5%), mientras que se invierte drásticamente en los niveles de secundaria (sólo el 33,3%). Como vemos el grado de representatividad de las mujeres en los órganos de la dirección escolar sigue sin guardar proporción con su presencia como docentes en todos los niveles educativos.
Este es el objetivo de nuestra investigación: calcular el número de hombres y mujeres que se dedican a la enseñanza secundaria en la ciudad  de Ceuta, investigar las mujeres y hombres que  desempeñan cargos de responsabilidad en los equipos directivos de nuestros institutos y sacar conclusiones sobre nuestra realidad más directa.
En la ciudad de Ceuta hay seis institutos de enseñanza secundaria y bachillerato, cinco de  ellos cuentan con dos ciclos de grado  medio y dos de grado superior y PCPI. La estructura del claustro de profesores y profesoras de nuestros centros es la siguiente:

I.E.S. ABYLA:
! Nº de mujeres: 53
! Nº de hombres: 55
! En equipos directivos: 5 hombres y 2 mujeres

I.E.S. LUIS DE CAMOENS:
" Nº de mujeres: 62
" Nº de hombres: 33
" En equipos directivos: 6 hombres

I.E.S. SIETE  COLINAS:
$ Nº de mujeres 48
$ Nº de hombres: 55
$ En equipos directivos: 5 hombres y 2 mujeres

I.E.S. PUERTAS  DEL  CAMPO:
? Nº de mujeres 37
? Nº de hombres: 31
? En equipos directivos: 5 hombres y 1 mujer

I.E.S. ALMINA:
4 Nº de mujeres: 30
4 Nº de hombres: 44
4 En equipos directivos: 2 mujeres y 4 hombres

I.E.S. CLARA  CAMPOAMOR:
% Nº de mujeres: 39
% Nº de hombres: 40
% En equipos directivos: 2 mujeres y 4 hombres


Tras el sondeo  realizado en  los institutos de Ceuta, no encontramos ninguna mujer ocupando puesto de Directora en ninguno de los institutos de secundaria.

Del análisis de estos datos, extraemos los siguientes porcentajes:

ü  En la ciudad autónoma de Ceuta, desempeñan la función docente en el cuerpo de secundaria un 51% de hombres  y un 49% de mujeres.
ü  En los equipos directivos de los centros de secundaria un 76% de hombres ejercen cargo de responsabilidad como secretarios o jefes de estudios mientras que tan sólo un 24%  de mujeres desempeñan dichos cargos.
ü  No hay ninguna mujer que desempeñe el cargo de Directora en los centros de secundaria de la ciudad de Ceuta.

Las conclusiones que sacamos de este modesto estudio no son muy positivas en cuanto a la situación de la mujer en el mundo laboral. De todo esto se deduce que, efectivamente, habiendo un número muy parejo de profesores y profesoras docentes, en concreto 269 mujeres y 258 hombres, la diferencia se agudiza enormemente a favor de los hombres cuando nos referimos a cargos directivos.
Sin duda, queda confirmada la tendencia de que es más fácil para los hombres acceder a los puestos de responsabilidad  que para las mujeres. Paradójicamente, ese  invisible techo de cristal se hace patente en un terreno, el de la enseñanza, desde el que se intenta fomentar la igualdad de género no sólo desde el currículum sino desde las actitudes diarias.
Los centros educativos son la imagen primera de la sociedad real en la que nuestros alumnos tendrán que desenvolverse. La escuela, en todas sus  etapas, los prepara para el mundo laboral, para las relaciones personales y  para la vida en general. Intentamos que ese modelo de vida sea justo e  igualitario y en todos los aspectos y eso incluye, sin duda, las relaciones entre iguales. La igualdad de género es uno de  los valores que intentamos inculcarles pero este estudio nos ha hecho reflexionar sobre nuestros logros.
¿La educación intenta inculcar modelos que no son del todo conseguidos   en nuestro ámbito de trabajo? ¿Nos vemos afectados por una imposibilidad invisible, pero real, de alcanzar el modelo de igualdad que intentamos transmitir a nuestros alumnos y alumnas? Son cuestiones que dejamos abiertas al debate y a la reflexión personal y colectiva.


 EQUIPO DE TRABAJO. PROYECTO ARCE "GÉNERO A ESCENA". CEUTA

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