EL TECHO DE CRISTAL
Se
denomina así a una superficie superior invisible en la carrera laboral de las
mujeres, difícil de traspasar, que les impide seguir avanzando. Su carácter de
invisibilidad viene dado por el hecho de que no existen leyes ni dispositivos
sociales establecidos ni códigos visibles que impongan a las mujeres semejante limitación, sin embargo ese
techo invisible está ahí impidiendo que las mujeres alcancen puestos de
responsabilidad con la misma frecuencia que sus colegas varones.
Ese famoso techo de cristal, es
un fenómeno enigmático, secreto, indetectable,
pero su resultado es
cuantificable, y real: la
menor existencia de mujeres en los vértices jerárquicos de las organizaciones.
Cuando
hemos comenzado nuestra investigación, hemos sondeado a compañeros y
compañeras y las opiniones que nos
dan sobre este fenómeno son muy dispares. Hay una enorme mayoría que no cree que
las cotas de paridad sean la solución y que no reconocen que haya diferencia
alguna entre las condiciones de trabajo de hombres y mujeres en la sociedad
actual. Por otra parte hay un gran número de compañeros y compañeras que sí
afirman que existen estas diferencias.
Comenzamos a investigar y encontramos estos datos relativos al 2012:
& Una mujer tiene que trabajar
80 días más que un hombre para cobrar lo mismo.
& El 68% de las empresas
españolas no tiene ninguna mujer en su consejo.
& Un 16% es lo que ganan
en España los hombres más que las mujeres.
& En un equipo directivo
(director comercial, general, de recursos humanos, etc) la diferencia de
salario es de un 12,5% a favor del hombre.
& El 91% de los puestos
de directores generales en España pertenecen a los hombres. Y eso que:
& el 42% de las mujeres
tienen un máster o postgrado, frente al 41% de los hombres
& hay un 38% de
licenciadas frente a un 32%.
Ante la evidencia de las
cifras y según las estadísticas, llegamos a la conclusión de que las cosas no
“pintan” muy bien para las mujeres en el plano laboral. Evidentemente no
podemos olvidar que disfrutamos de unos derechos con los que nuestra Clara
Campoamor no habría ni soñado.
Hemos avanzado a una velocidad de vértigo en el último siglo, triste es
reconocer que las dos guerras mundiales y la falta de mano de obra masculina
nos ayudaran a reclamar nuestro sitio en la sociedad. Sin embargo, así fue y
desde entonces hemos seguido avanzando en
formación y capacidad de decisión en la vida laboral.
Pero, ¿qué pasa al final del
túnel? ¿Por qué no conseguimos llegar a los puestos de responsabilidad? ¿Ocurre
esto también en la enseñanza? Las organizaciones escolares se caracterizan por
el alto índice de profesoras que trabajan en ellas. Los datos estadísticos
demuestran que el número de directores es muy superior al de mujeres en puestos
de dirección. En el estudio Percepción de las
mujeres sobre el “techo de cristal” en educación de Enrique Javier
Diez Gutiérrez, Eloina Terrón Bañuelos y Rocío Anguita Martínez de la
universidad de Valladolid, las mujeres representan aproximadamente dos tercios
(67,8%) del profesorado de las Enseñanzas de Régimen General no universitarias.
En la pública predomina el porcentaje de mujeres en los cargos directivos en
primaria (61,5%), mientras que se invierte drásticamente en los niveles de
secundaria (sólo el 33,3%). Como vemos el grado de representatividad de las
mujeres en los órganos de la dirección escolar sigue sin guardar proporción con
su presencia como docentes en todos los niveles educativos.
Este es el objetivo de
nuestra investigación: calcular el número de hombres y mujeres que se dedican a
la enseñanza secundaria en la ciudad
de Ceuta, investigar las mujeres y hombres que desempeñan cargos de responsabilidad en
los equipos directivos de nuestros institutos y sacar conclusiones sobre
nuestra realidad más directa.
En la
ciudad de Ceuta hay seis institutos de enseñanza secundaria y bachillerato,
cinco de ellos cuentan con dos
ciclos de grado medio y dos de
grado superior y PCPI. La estructura del claustro de profesores y profesoras de
nuestros centros es la siguiente:
I.E.S. ABYLA:
! Nº de mujeres: 53
! Nº de hombres: 55
! En equipos directivos: 5 hombres y 2
mujeres
I.E.S. LUIS DE CAMOENS:
" Nº de mujeres: 62
" Nº de hombres: 33
" En equipos directivos: 6 hombres
I.E.S.
SIETE COLINAS:
$ Nº de mujeres 48
$ Nº de hombres: 55
$ En equipos directivos: 5 hombres y 2
mujeres
I.E.S.
PUERTAS DEL CAMPO:
? Nº de mujeres 37
? Nº de hombres: 31
? En equipos directivos: 5 hombres y 1
mujer
I.E.S.
ALMINA:
4 Nº de mujeres: 30
4 Nº de hombres: 44
4 En equipos directivos: 2 mujeres y 4
hombres
I.E.S.
CLARA CAMPOAMOR:
% Nº de mujeres: 39
% Nº de hombres: 40
% En equipos directivos: 2 mujeres y 4
hombres
Tras el
sondeo realizado en los institutos de Ceuta, no encontramos
ninguna mujer ocupando puesto de Directora en ninguno de los institutos de
secundaria.
Del análisis
de estos datos, extraemos los siguientes porcentajes:
ü En la ciudad autónoma de Ceuta,
desempeñan la función docente en el cuerpo de secundaria un 51% de hombres y un 49% de mujeres.
ü En los equipos directivos de los
centros de secundaria un 76% de hombres ejercen cargo de responsabilidad como
secretarios o jefes de estudios mientras que tan sólo un 24% de mujeres desempeñan dichos cargos.
ü No hay ninguna mujer que desempeñe el
cargo de Directora en los centros de secundaria de la ciudad de Ceuta.
Las
conclusiones que sacamos de este modesto estudio no son muy positivas en cuanto
a la situación de la mujer en el mundo laboral. De todo esto se deduce que,
efectivamente, habiendo un número muy parejo de profesores y profesoras
docentes, en concreto 269 mujeres y 258 hombres, la diferencia se agudiza
enormemente a favor de los hombres cuando nos referimos a cargos directivos.
Sin duda,
queda confirmada la tendencia de que es más fácil para los hombres acceder a
los puestos de responsabilidad que
para las mujeres. Paradójicamente, ese
invisible techo de cristal se hace patente en un terreno, el de la
enseñanza, desde el que se intenta fomentar la igualdad de género no sólo desde
el currículum sino desde las actitudes diarias.
Los centros
educativos son la imagen primera de la sociedad real en la que nuestros alumnos
tendrán que desenvolverse. La escuela, en todas sus etapas, los prepara para el mundo laboral, para las
relaciones personales y para la
vida en general. Intentamos que ese modelo de vida sea justo e igualitario y en todos los aspectos y
eso incluye, sin duda, las relaciones entre iguales. La igualdad de género es
uno de los valores que intentamos
inculcarles pero este estudio nos ha hecho reflexionar sobre nuestros logros.
¿La
educación intenta inculcar modelos que no son del todo conseguidos en nuestro ámbito de trabajo? ¿Nos
vemos afectados por una imposibilidad invisible, pero real, de alcanzar el
modelo de igualdad que intentamos transmitir a nuestros alumnos y alumnas? Son
cuestiones que dejamos abiertas al debate y a la reflexión personal y colectiva.